Queda en el aire la posibilidad, de que el principal instrumento, tanto de la magia como de la tecnología o en el arte sea, la pregunta.
Cuestionarse sobre todo y para todo, para crear nuevas formas y posibilidades de acción.
Se podría hacer la analogía siguiente: la guitarra es la tecnología, el arte es la forma o la actitud en que se enfrenta al instrumento, la intención y la música, sería la magia.
El arte puede manifestarse como una actitud transformadora, mientras que la tecnología entra en el universo de los materiales e instrumentos y la magia es lo que sucede a partir de este encuentro, como un resultado que hace vibrar no solo al instrumento, sino a la realidad de quien lo convierte en música.
Otros instrumentos que se comparten son la memoria, la observación y la experimentación. Estos recursos nos instalan en un escenario creativo, en el cual todo puede suceder, mientras sea la imaginación quien entre al tablero y tire los dados. Nos ponemos en contacto con la maravillsa posibilidad de darle forma a las emociones, construir y transformar con conciencia de que lo que creamos no solo le sucede a un objeto o instrumento, sino también al actor de estos movimientos, visibles e invisibles.